MEDITANDO EL ROSARIO CON MARÍA VALTORTA: MÚSICA: PARA VER Y ESCUCHAR

LO DIJO JESÚS:

"Santo es el que ha comprendido el sentido de la vida".

"Subir al grado mas alto es el de amarse los unos y los otros con lo mejor que hay... con el espíritu".

"Sé generoso para con Dios. Rompe toda ligadura con el pasado. Ven a Dios a quien sientes, con corazón libre, con amor total".

"Olvidarse del bien hecho es sabiduría; demuestra humildad y confianza a Dios".

"Aprendan a santificarse con humildad, caridad, prudencia y silencio".

"Quien me busca me encuentra".

"Quien va a María me encuentra, quien me pide por medio de Ella me recibe".

PALABRAS DE LA VIRGEN MARÍA (1944)

“….. el que lea esto, se fije en la costumbre de José y mía de dar siempre el primer lugar a la oración. Cansancios, prisas, ocupaciones, eran algo que no impedían la oración. Era la reina de nuestra esperanza. Si en las horas tristes era consuelo, en las felices era un cantar. Era siempre la amiga constante de nuestra alma, que nos separaba de la tierra, del destierro, y nos llevaba a lo alto, hacia el cielo, la Patria.
José se sentía unido a Dios cuando oraba, porque nuestra plegaria era adoración verdadera de todo nuestro ser, que se fundía en Dios adorándolo, y era abrazado por El.
Y vean que ni siquiera yo, que tenía en mí al Eterno, me sentí exenta de presentar mi respeto amoroso al Templo.
La santidad más alta no exime de sentirse uno nada ante Dios, y de humillar esta nada, porque El lo permite, en una continua alabanza a Su gloria.
¿Están débiles, pobres, llenos de defectos?… invoquen la santidad del Señor: “¡Santo, Santo, Santo!”. Invoquen al Santo sobre vuestra miseria. Él les infundirá Su santidad. ¿Son santos y ricos en méritos a Sus ojos? Invoquen igualmente la santidad del Señor, ella, infinita, aumentará siempre la vuestra.
Los ángeles, seres superiores a las debilidades humanas, no dejan de cantar un instante su “Sanctus”, y su belleza sobrenatural aumenta cada vez que invocan la santidad de Dios…. Imiten a los ángeles.
No se despojen jamás de la protección de la plegaria, contra la que se dirigen las armas de satanás, la malicia del mundo, los apetitos de la carne y la soberbia de la inteligencia. No dejen jamás ésta arma por la que los Cielos se abren produciendo gracias y bendiciones.
La tierra tiene necesidad de un torrente de oraciones, y como pocos oran, esos pocos deben orar como si fueran muchos. Que multipliquen sus plegarias vivas para hacer de ellas la suma necesaria para obtener gracias.
Las plegarias son vivas cuando están alimentadas del verdadero amor y del sacrificio.”

PARA MEDITAR

"Ahora la tempestad ruge, pero pasará, porque Dios me ama y sabe que lo amo y no dejará de ayudarme. Así hablanlos que tienen la paz que nace de una conciencia recta que es reina de sus acciones".

"La Luz es muy fuerte cuando sales de la oscuridad."

"En mi reino se hacen grandes los que se hacen pequeños".

Dijo Jesús con respecto al apóstol Juan: "Juan se siente nada, acepta todo, no pide razones, se contenta con hacerme feliz..., he aquí el modelo."

"¿Qué es filosofía cuando es verdadera y honesta...? es la elevación de la razón humana hacia la Sabiduría y Potencia infinita, o sea, hacia Dios".

POR AMOR

* Nací desnudo, dice Dios, para que tu puedas renunciar a ti mismo.
* Nací pobre, para que tu puedas
reconocerme como única riqueza.
* Nací en un establo, para que
aprendas a santificar cada lugar.
* Nací débil, para que no me tengas miedo.
* Nací por amor, pare que nunca
dudes de mi Amor.
* Nací de noche, para que creas que puedo iluminar cada realidad envuelta en tinieblas.
* Tomé la naturaleza humana para que no te avergûences de ser vos mismo.
* Nací hombre, para que puedas ser ‘hijo de Dios’.
* Nací perseguido, desde el principio para que aprendas a aceptar cada dificultad.
* Nací en la sencillez,
para que no seas complicado.
* Nací en tu vida, dice Dios, para conducir a todos los hombres a la casa del Padre.

EL SILENCIO DE SAN JOSÉ

EL PERDÓN

Para que llevar mas allá de los umbrales lo que es de acá?
PERDONAR.. y dado que llegar a la perfección del perdón y del amor que consiste en no decir siquiera: “es que yo tenía razón”. Es muy difícil, demasiado difícil para el hombre; debe traspasarse el encargo al Padre, el encargo de perdonar por nosotros, entregarle nuestro perdón a EL , que no es hombre, que es perfecto, que es bueno y que es Padre. Que El depure con Su Fuego y se lo dé, una vez perfeccionado, a quien merezca el perdón.
Perdonar a los vivos y a los muertos. Sí, también a los muertos que nos causaron dolor. La muerte limó muchas aristas al enojo de las ofensas o todas tal vez. Con todo, aún perdura el recuerdo. Hicieron sufrir, se recuerda que hicieron sufrir y este recuerdo pone límites a nuestro perdón.
Hay que perdonar hasta este recuerdo que pone límites al perdón.
Perdonar, perdonar para que el alma no tenga sobre sí el peso y el tormento de los recuerdos y pueda estar en paz con todos los hermanos vivos o los que ya partieron pero no han visto todavía el Rostro del Señor.
Decir como El lo hizo desde la cruz: “¡Padre Perdónalos!”

DIJO JESUS

¡Ave María! La palabra del ángel Gabriel que les concedió pronunciar para saludar a Aquella a la que, con Amor, saludan las Tres Personas eternas. Es la invocación que salva. Tenganla de contínuo en los labios; mas, no con un movimiento maquinal del que está ausente el alma sino con movimiento del espíritu que se inclina ante la Realeza de María y se dirige a su corazón de Madre.
Vuelvo a decir: "Dichosos los labios y los pueblos que recitan el Ave María, pero que la reciten como se debe; así como no cabe engañarlo a Dios, tampoco se la puede engañar a María. Recuerden que es Perfecta su fusión con la Trinidad, por lo que Ella posee los poderes, la inteligencia y la Sabiduría de su Señor y los posee con plenitud absoluta. Ella es Madre para ustedes y sabe medicinar vuestras heridas; pero, quiere que al menos, haya en ustedes deseo de sanar de ellas.
Porque lo repito, la amistad con María es causa de perfección ya que funde y transfunde las virtudes de la Amiga elegida a la que Dios no deshechó y se la concedió como coronamiento de la Obra Redentora de su Hijo. Yo, Cristo, los salvé con el Dolor y con la Sangre. Ella, María con el dolor y con su llanto y quiere salvarlos con Su Amor y Su Sonrisa."

DONDE ESTÁ TU CORAZÓN...

DONDE ESTÁ TU CORAZÓN, ALLÍ ESTÁ TU TESORO.
Encontrar el sentido a la vida, genera en el hombre una de las alegrías más grandes que podamos imaginar. Y sus desvelos y sacrificios, estarán destinados a no perder ese tesoro; para no caer en la tristeza y en la depresión del sin sentido.La riqueza que supone encontrar a Cristo, escondido en el horizonte de los hombres; la alegría que implica creer en un Dios que es Amor, fundamenta y da sentido a nuestra vida. Felices poseedores de este tesoro, contribuimos entonces con nuestro granito de arena, a realizar en el mundo la civilización del amor.Sin embargo, la alegría que Cristo nos regala con su salvación, no empieza ni termina con nosotros. Proviene de él, y tiene que difundirse por un mundo que ha perdido el sentido del humor, porque se ha tomado demasiado en serio, y absolutizando lo relativo, ha relativizado lo absoluto del Reino de Dios. La Madre Teresa de Calcuta repetía que: “La civilización del amor comienza con una sonrisa”.Si la buena noticia del Evangelio cambió nuestra historia, de igual manera nosotros, con sonrisa evangélica, podemos festejar con nuestros hermanos la alegría de haber creído en Dios.Irradiar la alegría de Dios, es tal vez el servicio más grato que podemos aportar los cristianos al mundo de hoy. El de una alegría pascual, que hundiendo sus raíces en el árbol de la cruz, activada y madurada por el Espíritu, ha dado fruto en un treinta, un sesenta o un ciento por ciento, transformada en alegría de salvación.
Fuente: Monasterio Los Toldos.

JESÚS LE PREGUNTA A SU MADRE SOBRE LOS DISCÍPULOS

Jesús está con María en la casa de Nazaret. Están sentados en el huerto donde las plantas están llenas de follaje en una banca de piedra junto a la pared. Madre e Hijo se sienten felices de estar cerca y poder conversar.
Jesús le cuenta sus primeras jornadas de evangelización, sus primeras conquistas de corazones… María está pendiente de todo lo que le cuenta su hijo sonriendo y acariciándole la mano. Está feliz de tenerlo allí, estar corazón con corazón en el silencio de la noche que está entrando.
Jesús pregunta:”Madre, has conocido a mis discípulos…. ¿qué piensas de ellos?
María, que está comiendo higos, levanta la cabeza, lo mira y le dice: “Creo que te aman y podrás obtener mucho de ellos. Juan… ama a Juan como Tú sabes amar. Es un ángel, y estoy tranquila cuando pienso que está contigo. También Pedro es bueno… es duro porque ya está viejo pero es franco y de convicción. Te aman ahora como solo son capaces de hacerlo. Después te amarán más. También nuestros primos, ahora que se han convertido te serán fieles. Pero… el hombre de Keriot… ese no me gusta. Su ojo no es limpio y su corazón mucho menos. Me causa miedo.”
“Pero contigo Madre es muy respetuoso”
“Demasiado respetuoso, pero no es por Ti como maestro, es por Ti como futuro Rey de quien espera utilidades y gloria.. Oh Jesús, no quiero faltar a la caridad, pero pienso aún cuando no quiero pensarlo, que en caso que lo desilusiones, no dudará en reemplazarte. Es ambicioso, avariento y vicioso. Está más preparado para ser un cortesano de un rey terrenal que no un apóstol tuyo, Hijo mío. ¡Me causa miedo”. María mira a su Jesús con ojos aterrorizados y su cara pálida.
Jesús suspira, la mira a su Madre, le sonríe para darle ánimos y le dice: ”también esto es necesario Madre, si no fuese él, sería otro. Mis apóstoles deben representar al mundo, y en el mundo no todos son ángeles y no todos son del temple de Pedro y de Andrés. Si escogiese todas las perfecciones, ¿cómo podrían todas las pobres almas enfermas atreverse a poder llegar a ser mis discípulos?
He venido a llevar lo que está perdido Madre. Juan está a salvo pero…. ¡Cuántos otros no lo están!” “Dejó su pecado y se hizo un alma nueva para venir conmigo, pero Judas de Keriot, no. Y además su orgullo llena más su alma manchada.”
“Pero Hijo, Tú sabes más de estas cosas, ¿porqué me las preguntas? Tú eres también el Maestro de tu pobre Mamá…. no me queda sino rogar y llorar por Ti”.

(Valtorta- vol II)

COMO SE CONQUISTA A DIOS

Dice Jesús: “Dios los hace libres… pero les da las fuerzas, les da la libertad. Les toca a ustedes el imponerse entre el yugo infernal o colocarse alas angelicales. Yo los guiaré y los nutriré con el alimento inmortal.”
Me preguntan: “¿Cómo se conquista a Dios y su Reino por un camino más dulce?, no hay otro sino a través del Amor. No digamos: ¡Ay de mí si no hago esto o aquello! temblorosos ante la posibilidad de pecar, digamos: “Bienaventurado si soy pobre de espíritu porque entonces el Reino de los Cielos es mío.
Bienaventurado de mí si soy capaz de llorar sin revelarme porque seré consolado.
Bienaventurado de mí si tengo más hambre y sed de justicia que del pan y del vino.
Bienaventurado de mí si soy misericordioso porque se usará Misericordia Divina conmigo.
Bienaventurado de mí si soy puro de corazón porque Dios se inclinará sobre mi corazón y lo veré.
Bienaventurado de mí si tengo espíritu de paz porque Dios me llamará hijo Suyo, porque en la paz está el amor, y Dios es Amor que ama a quien se le asemeja.
Bienaventurado de mí si por ser fiel a la justicia, soy yo perseguido, porque Dios, mi Padre me dará el Reino de los Cielos para premiarme de las persecuciones terrenas.
Bienaventurado de mí si soy ultrajado y acusado con mentiras porque sé que soy tu hijo Oh Dios , de esto me vendrá no dolor sino alegría, porque esto me iguala a tus mejores siervos, a los profetas, que fueron perseguidos por la misma razón y con los cuales creo firmemente participar de la misma recompensa grande, eterna, en el Cielo que es mío”.
Contemplemos así el camino de la salvación, a través de la alegría de los santos.

(Valtorta -Tomo III-)

SAN AGUSTÍN

Si me amas
No llores si me amas...
Si conocieras el don de Dios y lo que es el cielo...
Si pudieras oír el cántico de los ángeles y verme en medio de ellos...
Si por un instante pudieras contemplar como yo
la belleza ante la cual las bellezas palidecen...
Créeme, cuando llegue el día que Dios ha fijado y conoce,
y tu alma venga a este cielo en que te ha precedido la mía,
ese día volverás a verme.
Sentirás que te sigo amando, que te amé,
y encontrarás mi corazón con todas sus ternuras purificadas.
Volverás a verme en transfiguración, en éxtasis, feliz.
Ya no esperando la muerte sino avanzando contigo,
que te llevaré de la mano por los senderos nuevos de luz y de vida.
Enjuga tu llanto y no llores si me amas.

-San Agustín-

LA BUENA MUERTE (1ª Parte)

“Padre mío, si es posible quítame este cáliz"

No es ésta una de las siete frases que dijo Jesús sobre la Cruz, es la preparación para las demás frases antes de la entrega, de la expiación. Es invocación, resignación, humildad, y oración entre las que se entremezclan: la carne ennobleciéndose y el alma perfeccionándose, con la voluntad del Espíritu y la fragilidad del hombre que rechaza la muerte.

Es la hora en que el mundo desaparece para los sentidos y la inteligencia mientras se acerca a la velocidad de un meteoro el pensamiento de la otra vida, de lo desconocido, del juicio.
El hombre, siempre niño, por más que llegue a los cien años, es como un niño despavorido que, dejado solo, busca el seno de Dios.

Marido, mujer, padre, hermanos, amigos…. Lo eran todo mientras la vida se hallaba lejos de la muerte. La muerte era tan solo un pensamiento oculto entre nieblas lejanas.
Pero, tan solo sale la muerte de entre los velos y avanza, he aquí que cambia la situación.
Los padres, los hijos, amigos, los hermanos, el marido y la mujer pierden sus rasgos definidos, su valor afectivo que se van borrando ante el avance de la muerte. Como voces que se van atenuando con la distancia, las cosas de la tierra van perdiendo vigor al tiempo que lo adquieren las del mas allá, aquello que hasta ayer parecía tan lejano…. Y un movimiento de miedo se apodera de la persona.

Dios… que tantas veces se ha dejado de amar o amado en último lugar después de que el corazón amó a parientes y amigos, tuvo otros amores indignos, o amó las cosas como a dioses.
Este Dios, tan frecuentemente olvidado. Pero, que permitió que se le olvidase para respetar la libertad de poderle olvidar, que dejó hacer, que fue tal vez burlado, maldecido y hasta negado, he aquí que vuelve a surgir en la mente del hombre recobrando sus derechos.

Jesús, ya clavado en la cruz, y que debía morir, y que comprendía que debía morir…,sabe lo que es el morir.
El, que , después de haber enseñado a los hombres a vivir llamando “Padre” a Dios, he aquí que nos enseñó a morir sin terror llamando “Padre” al Dios que torna a surgir entre los espasmos de agonía o se hace más presente al espíritu del moribundo.
No teman a este Dios que es Padre…. No se presenta justiciero provisto de registros, ni de hachas, ni cínico desposeyéndonos de la vida y de los afectos, sino que viene con los brazos abiertos diciendo: “Torna a tu morada, ven al descanso; yo te compensaré con creces cuanto aquí dejas. Y, te lo juro, en mi casa harás mucho más a favor de los que aquí dejas que permaneciendo aquí abajo en una lucha afanosa y no siempre remunerada”.
Con todo, la muerte comporta siempre dolor: por el físico, por el moral y dolor por el sufrimiento espiritual. Es un fluctuar de nieblas que cubren y descubren alternativamente lo que en la vida se amó y lo que de modo temeroso nos presenta el más allá.
El alma, la mente, el corazón como nave presa de una gran tempestad, pasan de zonas tranquilas que gozan ya de la paz del inminente puerto, ya cercano, visible y tan sereno que transmite una paz beatífica y una sensación de reposo parecido al que, cuando estamos a punto de terminar algo con gran esfuerzo, y empezamos a disfrutar del próximo merecido descanso.
De allí volvemos a las zonas del mundo, con todos sus tentáculos: familia, negocios; es la angustia de la agonía, es el susto del último paso. El susto de tener que morir: “porqué tengo que morir”, ¿Dónde está el Cielo? Porqué tengo que morir? Para qué morir !!? ............ no quiero morir !!!!

No…, hermanos que morís… es justo y santo el morir por ser la voluntad de Dios.
Por eso no digan: “no quiero morir”. Esas palabras no vienen de sus almas sino del Adversario que se aprovecha de la debilidad.
Cambien ese grito rebelde por otro de amor y de confianza: “Padre,, si es posible, quita de mi este cáliz”…
He aquí que esas palabras consiguen la luz, la calma, verán de nuevo al Cielo, las razones santas y el premio de morir que no es sino el retorno al Padre. Entonces comprenderán que el espíritu tiene derechos superiores a los de la carne porque es eterno y sobrenatural y por eso goza de preferencia sobre la carne, siendo entonces cuando pronuncian las palabras que los absuelven de todos los pecados de rebelión: “Pero no se haga mi voluntad sino la Tuya”.
Aquí está la paz, aquí está la victoria. El ángel de Dios se estrecha a ustedes y los conforta porque vencieron en la batalla preparatoria transformando la muerte en triunfo.

Cuadernos de Valtorta

LA BUENA MUERTE (Parte 2)

¡Padre, perdónales!

Es el momento de despojarse de todo para poder volar, livianos de peso, con mayor seguridad a Dios. No se pueden llevar encima los afectos ni riquezas que no sean espirituales y buenas. Y no hay hombre que al morir no tenga algo que perdonar a alguno o a mucho de sus semejantes en muchas cosas y por múltiples motivos.
¿Qué hombre hay que llegue al final del camino sin haber sufrido el amargor de una traición?
De un desamor, de un engaño, de una usura o cualquier otro engaño por parte de parientes, consortes o amigos?
Pues bien, es la hora de perdonar para ser perdonados. Perdonar de un modo pleno…. No solo el rencor y el recuerdo sino perdonar hasta la misma convicción de que el motivo de nuestro rencor era justo.
Es la hora de la muerte en la que el tiempo, el mundo, los negocios y los afectos quedaron reducido a “nada”. Solo una verdad existe: DIOS.
Para que llevar mas allá de los umbrales lo que es de acá?
PERDONAR.. y dado que llegar a la perfección del perdón y del amor que consiste en no decir siquiera: “es que yo tenía razón”. Es muy difícil, demasiado difícil para el hombre; debe traspasarse el encargo al Padre, el encargo de perdonar por nosotros, entregarle nuestro perdón a EL , que no es hombre, que es perfecto, que es bueno y que es Padre. Que El depure con Su Fuego y se lo dé, una vez perfeccionado, a quien merezca el perdón.
Perdonar a los vivos y a los muertos. Sí, también a los muertos que nos causaron dolor. La muerte limó muchas aristas al enojo de las ofensas o todas tal vez. Con todo, aún perdura el recuerdo. Hicieron sufrir, se recuerda que hicieron sufrir y este recuerdo pone límites a nuestro perdón.
Hay que perdonar hasta este recuerdo que pone límites al perdón.
Perdonar, perdonar para que el alma no tenga sobre sí el peso y el tormento de los recuerdos y pueda estar en paz con todos los hermanos vivos o los que ya partieron pero no han visto todavía el Rostro del Señor.
(Decir como El lo hizo desde la cruz): “¡Padre Perdónalos!”
Humildad santa, dulce amor del perdón, el perdón que se pide a Dios por las deudas con El y con el prójimo y que tiene todo aquel que pide perdón para los hermanos.
Este es un acto de Amor; y morir en un acto de amor es ganar la indulgencia del amor.
Dichosos aquellos que saben perdonar en expiación de todas las durezas de corazón y de las culpas de la ira.

Cuadernos de Valtorta

LA BUENA MUERTE (PARTE 3)

“He aquí a tu hijo”

¡He aquí a tu hijo! Dejar lo que nos es querido con firmeza y santo pensamiento; ceder los afectos y cederse a Dios sin resistencia; no envidiar al que posee lo que dejamos.
Con esta frase podemos confiar a Dios todo lo que tenemos en el corazón y se lo entregamos, lo mismo que todo lo que nos angustia y hasta nuestro mismo espíritu.

Poner en las manos del Padre el espíritu que vuelve a su fuente; decirle: “Heme aquí, aquí estoy; tómame contigo porque me dono a Ti; mi cesión no es en fuerza de las circunstancias sino que mi donación es porque te amo, como hijo que vuelve a su padre. Y decirle:” He aquí, estos son mis seres queridos, te los entrego; éstos son mis negocios, aquellos negocios que alguna vez fueron motivo de que fuese injusto, envidioso del prójimo e hicieron que me olvidase de Ti porque me parecían de mayor importancia para el bienestar de los míos, para mi honor y por el aprecio que me proporcionaban. Creí también que solo yo era capaz de administrarlos por lo que me sentí indispensable.

Ahora veo… que yo era tan solo una pieza insignificante en el perfecto engranaje de tu Providencia y que también era un mecanismo imperfecto que descomponía la labor de Tu organismo perfecto.
Ahora que las luces y las voces del mundo se apagan y todo se va alejando, veo… siento… como mis obras eran insuficientes, gastadas, incompletas y como estaban en desacuerdo con el Bien.
Me jacté de ser algo, y Tú, aún te dignabas a corregir mis labores haciendo que fuesen útiles.
Me jacté y hasta llegué a decir que no me amabas porque no me acompañaba el éxito en lo que emprendía, como a aquellos a los que yo envidiaba.
Ahora lo veo…. ¡¡¡ ten compasión de mí !!!.

Qué humilde abandono, qué pensamiento agradecido de la Providencia como reparación de nuestras presunciones, avideces, envidias y sustituciones de Dios con pobres cosas humanas y con ansias de toda suerte de riquezas.

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LA BUENA MUERTE (Parte 4)

“Acuérdate de mí”

Han aceptado el cáliz de la muerte, han perdonado y han cedido de lo que era de ustedes, hasta incluso de Uds. mismos. Han mortificado grandemente el yo humano y liberado el alma de lo que desagrada a Dios: del espíritu de rebeldía, de rencor y de codicia. Han cedido al Señor la vida, la justicia, la propiedad, la pobre vida, la más pobre justicia y las tres veces pobres propiedades humanas. Nuevos Jobs. Se encuentran desfallecidos y despojados ante Dios. Pueden por lo tanto decir: “Acuérdate de mí”.

Ya no somos nada: ni salud, ni arrogancia ni riqueza. No somos dueños ni de nosotros mismos. Somos oruga con posibilidad de ser mariposa o bien podrirnos en la cárcel del cuerpo causando una postrera herida a nuestro espíritu.
Somos fango que vuelve al fango o fango que se cambia a estrella según prefiramos hundirnos en la cloaca del Adversario o ascender al vértice de Dios.

La última hora decide la vida eterna. Recuérdenlo y griten: “Acuérdate de mi”.
Dios escucha ese grito del pobre Job para colmarle de bienes en su Reino.
Resulta dulce para un Padre perdonar, intervenir y consolar.
Tan pronto escucha este grito, les dice: “Hijo, estoy contigo, no temas”.
Pronuncien estas palabras a fin de reparar las veces que se olvidaron del Padre o fueron soberbios.

Cuadernos de Valtorta

LA BUENA MUERTE (parte 5)

Dios mío, ¿porqué me has abandonado”.

A veces parece que Dios abandona. Mas, no es así, sino que se esconde para que aumente la expiación, la enmienda y conceder así mayor perdón.
¿Puede el hombre enojarse, lamentarse de ello cuando él abandonó infinitas veces a Dios?
Cuántas cosas pusieron de sus corazones que no eran de Dios!
¡ cuántas veces se mostraron indiferentes con El!
¡ con cuántas cosas lo rechazaron y lo echaron de ustedes?
Llenaron sus corazones de todo y después lo cerraron echándole llave porque temían que Dios, si entraba, podía turbar sus quietismos indolentes y purificar sus templos echando de él a los usurpadores.
¿Qué les importaba de Dios mientras eran felices?
Pensaban: “tengo ya de todo porque me lo he ganado”. Pero cuando no fueron felices acaso ¿no huyeron de Dios culpándolo del mal?
¡ qué hijos injustos ¡ que beben el veneno, lo introducen en los laberintos, se lanzan por los precipicios, penetran en las guaridas de las serpientes y otras fieras y después dicen: “Dios tiene la culpa”.
¿ qué respondería Dios a este lamento doloroso de ustedes ‘Dios tiene la culpa’
cuando en las horas felices se olvidaron de El ?
Oh, Hijos injustos, que, llenos de culpa como están, pretenden ser tratados como no fue tratado el Hijo de Dios en la hora del holocausto?
Digan ¿quién estuvo más abandonado?
No lo estuvo acaso Cristo quien, para salvar, aceptó el abandono total de Dios a pesar de haberlo amado siempre, activamente siempre?
¿No llevan acaso ustedes el nombre de “cristianos”? y ¿ no tienen el deber de salvarse siquiera ustedes mismos?

Imiten entonces a Cristo lanzando este grito en el momento en que, la nota del grito, sea nota de mansedumbre y de humildad y no de blasfemia ni de reproche. ¿ porqué me has abandonado Tú que sabes que sin Ti nada puedo? Ven, Padre, ven a salvarme, a infundirme fortaleza para que yo me salve a mi mismo, ya que son horrendas las apreturas de muerte y el Adversario acrecienta astutamente su poder susurrándome que Tú ya no me amas.
Señor, haz que te sienta, no por mis méritos sino porque soy una nada sin valor alguno que no sabe vencer de encontrarse solo, cayendo ahora en la cuenta de que la vida era trabajo para ir al Cielo”.
Está dicho: ¡ Ay de los que se encuentran solos!” Ay, de quién se encuentra solo a la hora de la muerte, solo contra satanás y contra la carne! Mas no teman, porque si llaman al Padre, El acudirá. Y esta humilde invocación expiará las culpables torpezas para con Dios, la falsa piedad y los desordenados amores del yo que los hacen indiferentes, descuidados e indolentes.
Cuadernos de Valtorta

LA BUENA MUERTE (Parte 6)

“Tengo sed”

Cuando se ha captado el auténtico valor que tiene la Vida Eterna respecto del falso metal de la vida terrena; cuando se ha aceptado como una santa obediencia la purificación del dolor y de la muerte, cuando en pocas horas o en pocos minutos tal vez, se ha crecido en Sabiduría y en gracia ante Dios, más de lo que se hubiera crecido en muchos años de vida, viene una sed profunda de aguas celestiales y de cosas del Cielo.
Quedaron vencidas todas las lujurias de la sed humana, pero se despierta la sed sobrenatural de poseer a Dios, la sed del Amor. El alma aspira a beber el amor y a ser absorbida por él. Como el agua de lluvia que cae al suelo y no quiere convertirse en fango sino a volverse nube, así el alma tiene sed ahora de subir al lugar del que bajó. A punto de quedar rotos los muros carnales, el alma prisionera, percibe ya las auras del Lugar de origen y anhela con todo su ser retornar a él.
¿Cuál es el peregrino exhausto que, viendo ya próximo, tras largos años, el lugar nativo, no concentra todas sus fuerzas y prosigue veloz y tenaz para llegar al sitio del que un día partió, dejando en el su verdadero bien que ahora está pronto de recobrar y de gustar con mucho más placer dada la experiencia que tiene del pobre bien que no sacia, que encontró en el lugar del exilio?

“Tengo sed”. Sed de Ti mi Dios, sed de tenerte, de poseerte y sed de darte, porque en los límites entre la tierra y el Cielo se sabe ya entender, como se debe, el amor al prójimo y se despierta un deseo de hacer porque llegue Dios en posesión del prójimo que dejamos.
Es la santa labor de los Santos que, cual granos muertos convertidos en espigas, se derraman con amor para proporcionar amor y hacer que ame a Dios aquél que aún está debatiéndose en las luchas de la tierra.
“Tengo sed”. Una vez llegada el alma a los umbrales de la Vida, no hay más que un agua que sacie: el Agua Viva, Dios mismo. El Amor verdadero es Dios mismo, amor contrapuesto al egoísmo. El egoísmo murió antes que la carne; queda ese amor que grita: “Tengo sed de Ti y de almas. Salvar. Amar: Morir para gozar de la libertad de Amar y de salvar. Morir para nacer. Dejar para poseer. Rechazar toda dulzura, todo consuelo, porque aquí abajo es vanidad y lo que el alma tan solo quiere es sumergirse en el río, en el océano de la Divinidad, beber de Ella y estar en Ella sin tener más sed al haber sido acogido en la Fuente del Agua de la Vida”.
Es necesario tener esta sed en reparación del desamor y de la lujuria.
Cuadernos de Valtorta

LA BUENA MUERTE (Parte 7)

“Todo está cumplido”

Cumplidas están todas las renuncias, todos los sufrimientos, todas las pruebas, las luchas, las victorias, las ofrendas: TODO.
Solo resta presentarse ante Dios.
Ya pasó el tiempo concedido al hombre para tentarlo… tentarlo a ser un dios, igual que a satanás.
Cesa el dolor, cesa la prueba, cesa la lucha.
Quedan únicamente el juicio y la amorosa purificación, llega de inmediato la morada dichosísima del Cielo.
Ya llegó a su fin todo lo que es de la tierra y voluntad humana.
¡TODO ESTÁ CUMPLIDO! Ésta es la frase de la completa resignación o del gozoso reconocimiento de haber terminado la prueba y consumado el sacrificio.
No se refiere aquí a los que mueren en pecado mortal, a los que no dicen: Todo está cumplido, sino que, con un grito de victoria o un llanto de dolor, lo dicen por ellos el ángel de las tinieblas, victorioso; y el Ángel de la guarda……
… Vencido.
Se refiere a los pecadores arrepentidos, a los buenos cristianos o a los héroes de la virtud. Éstos, al tiempo que la muerte se apodera de la carne, sus espíritus cada vez más vivos, murmuran o gritan, en bella resignación o gozosos: TODO ESTÁ CONSUMADO. TERMINÓ EL SACRIFICIO.
¡TÓMALO DIOS, COMO EXPIACIÓN MÍA! ¡TÓMALO DIOS, COMO OFRENDA DE MÍ AMOR!
Así se expresan los espíritus con la penúltima palabra, según sufran la muerte por ley común o, como almas víctimas la ofrezcan en voluntario sacrificio.
Tanto los unos como los otros, una vez llegados a la liberación de la materia, reclinan su espíritu en el seno de Dios diciendo: “Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu”.

¿Saben qué supone expirar con esta elevación hecha viva en el corazón?
Es expirar en el beso de Dios.
Hay muchas preparaciones para la muerte. Mas, créanlo, ésta, es, dentro de su sencillez, la más santa de todas.

Cuadernos de Valtorta

INVOCACIÓN AL ESPÍRITU SANTO

Ven, Espíritu Santo y envía desde el cielo un rayo de tu luz. Ven, Padre de los pobres.
Ven a darnos tus dones, ven a darnos tu luz. Consolador lleno de bondad,
Dulce huésped del alma,
Suave alivio de los hombres.
Tú eres descanso en el trabajo,
templanza en las pasiones,
alegría en nuestro llanto.
Penetra con tu santa luz en lo más íntimo del corazón de tus fieles.
Sin tu ayuda divina no hay nada en el hombre, nada que sea inocente.
Lava nuestras manchas, riega nuestra aridez, cura nuestras heridas, suaviza nuestra dureza, elimina con tu calor nuestra frialdad,
corrige nuestros desvíos.
Concede a tus fieles que confían en Ti tus siete sagrados dones.
Premia nuestra virtud, salva nuestras almas,
danos la alegría eterna. Amén.

MEDITANDO EL ROSARIO CON MARÍA VALTORTA

13/5/08

MÚSICA: PARA VER Y ESCUCHAR

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